Explicamos algunos motivos que nos hacen percibir que no mejoramos nuestro español. ¡Es como una travesía por el desierto! Además, comentaremos a qué se deben estos factores y qué podemos hacer para superarlos sin morir en el intento.
Todos los que estamos aprendiendo otro idioma, en algún momento del proceso, seguramente hemos dicho o pensado: “Mi español no mejora, ¡No sé qué hacer!”; “Creo que por más que practico nunca mejoro”; o “¿Es normal que no avance?”.
Esta situación de percepción de no avance, estancamiento y falta de evolución es común a todos los procesos de aprendizaje. El principal motivo por el que, más tarde o más temprano, esto sucede, se llama “meseta de aprendizaje”.
Se denomina meseta ya que es un periodo de tiempo donde la línea del aprendizaje se mantiene estable. No existen grandes avances en lo que aprendemos, aunque por otra parte tampoco se olvida lo que ya hemos aprendido. La duración de este periodo de meseta es variable y depende de muchos factores, como por ejemplo: el nivel de exposición al idioma, la motivación por aprender o los objetivos finales que nos hemos marcado.
Cuando comenzamos el aprendizaje de un idioma, normalmente, la motivación por la práctica es muy elevada. A medida que vamos mejorando y el aprendizaje se hace más complicado, es cuando nuestra motivación desciende, soliendo coincidir en el tiempo con la propia meseta de aprendizaje.
Para comprenderlo mejor echemos un vistazo al esquema inferior – Imagen 1. La línea roja indica la evolución a lo largo del tiempo (en meses) del español que aprendemos. El periodo inicial (fondo verde) indica una clara progresión ascendente. En pocos meses nuestra mejora es muy elevada; coincidiendo casi siempre con periodos de alta motivación. A continuación viene el periodo de meseta de aprendizaje (fondo amarillo). Después de un tiempo de aprendizaje intenso, se llega a esta llanura en la que parece que no avanzamos. Finalmente, y si no nos rendimos antes de tiempo, una nueva etapa de progresión en el aprendizaje aparecerá (fondo azul).
Imagen 1: Esquema explicativo de la meseta de aprendizaje.
¿Por qué no mejoro cuando estoy en una meseta de aprendizaje?
Hemos de aclarar que realmente sí que existen mejoras en el aprendizaje, siempre y cuando exista continuidad en la práctica. Sin embargo, estas mejoras no son tan fácilmente perceptibles como en los primeros aprendizajes.
Lo que normalmente sucede en este periodo es el afianzamiento de los conocimientos adquiridos durante la primera fase. Esto quiere decir que, tanto el vocabulario aprendido, como ejemplos gramaticales o usos del español en conversación, se ven reforzados y pasan a formar parte, de manera más regular y fluida, de nuestra práctica.
Tomemos como ejemplo estas cuatro palabras: primo | calle | tranquilo | esperar.
En la primera fase conocimos estas palabras y pudimos empezar a identificarlas cuando otras personas hablaban y las utilizaban. No obstante, quizá no nos sería fácil utilizarlas o recordarlas cuando nosotros teníamos que hablar. Es entonces en la meseta de aprendizaje que sucede lo siguiente. Cuando escuchas estas 4 palabras, puedes comprenderlas y no suponen un extra de motivación ya que no son nuevas para ti (percepción de no avance). En cambio, lo que sí es nuevo, y tiene lugar en la meseta, es que eres capaz de utilizarlas en frases concretas y con más precisión, cosa que anteriormente no podías (afianzamiento del conocimiento).
Así podemos concluir que hay una diferencia clara entre la fase de aprendizaje inicial y la meseta de aprendizaje o afianzamiento. Mientras que en la primera el estudiante empieza a escuchar nuevas palabras y a conocer su significado, en la segunda el estudiante comienza a controlar su uso de manera más fluida y precisa.
Cómo superar una meseta de aprendizaje.
1.- Acepta que existe y no desesperes. El punto inicial para poder superar esta meseta, es saber que existe. Una vez aceptamos que es parte del proceso de aprendizaje, no debemos desesperar y tener paciencia. ¡Cuando menos te lo esperes ya la habrás superado!
2.- Practica regularmente y descansa. Tan importante es continuar con una práctica regular que nos permita mejorar como tomarnos ciertos periodos de descanso. Aquí puede ser conveniente no practicar español por un determinado tiempo o, si bien no te sientes cómodo con esta opción, tomarte la práctica de manera más relajada y no como un examen personal continuo.
3.- Revisa tus objetivos. Puede ser interesante pensar en nuestros objetivos con el español y analizar si verdaderamente son realistas o, quizá, demasiado exigentes, casi utópicos. Plantearse pequeños objetivos a corto plazo a veces es más motivador y efectivo que grandes aspiraciones a muy largo plazo.
4.- Genera auto-motivación. Esto lo vamos a conseguir retrocediendo en el tiempo, recopilando videos, audios o textos con los que practicamos hace tiempo. Volveremos a utilizar los materiales y, seguramente, podremos observar como no representan ningún problema de comprensión. Esto tiene que servir para reconocer que hemos aprendido, mejorado y darnos cuenta de que no ha sido una pérdida de tiempo la práctica que hemos hecho.
Como conclusión es importante reseñar que sí que sigue existiendo aprendizaje durante la meseta, aunque la percepción del estudiante sea diferente. Si te gusta el español y disfrutas aprendiendo, aplica alguno de los consejos y recuerda lo que dijo nuestro amigo Cervantes: "Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades."
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